La sociedad de labradores de Fregenal creada en el año 1902
Juan Andrés Serrano Blanco
Lunes, 20 de enero 2020, 10:00
El mundo del agro es, desde antiguo, uno de los sectores productivos más castigados, especialmente aquellos pequeños productores cuyas propiedades no daban más allá que para mal vivir. La aparición de los procesos de mecanización de la agricultura en España, que comienzan a adquirir relevancia a partir de mediados del pasado siglo, provoca la destrucción de miles de jornales que, aunque abusivos y casi rozando la esclavitud, servían de complemento en determinadas épocas del año a las exiguas rentas de esos minifundistas; o de único sustento a los «braceros», cuyo patrimonio no era otro que sus brazos para trabajar. Baste recordar las cuadrillas de segadores que faenaban de sol a sol en la época de la recolección del grano, aquellos temporeros que anualmente emigraban a los campos de Castilla. O los de nuestra comarca, donde se registran importantes conflictos de orden público en la década de los años 20 del siglo pasado, como reflejan algunos periódicos de la época, circunstancia que empuja a las autoridades locales de Fregenal a adquirir fincas para parcelarlas y cederlas a «los sin tierra», mediante lo que se conoció popularmente como el reparto de los «sortines». Tal es el caso de las fincas «Los ocho Quiñones» y «Valera». La finca «Los Ocho Quiñones» fue entregada por el Estado para su administración al Ayuntamiento en el año 1925 y en ella se crearon ciento cincuenta y siete parcelas, que vinieron a mitigar la hambruna de otras tantas familias. Un poco más tarde, el Ayuntamiento pleno, en sesiones celebradas el 8 de Agosto de 1927 y 11 de Noviembre de 1928, acordó adquirir tres fincas rústicas al sitio de «Valera», con una cabida total de 325 fanegas, en las que se crearon 125 parcelas con previsión de ampliar a más una vez que los arrendatarios las dejaran libres.
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Por las décadas centrales del siglo XX, el modo de explotación del medio agrario y ganadero empieza a cambiar en Extremadura, principalmente, como se ha señalado más arriba, por la aparición de la mecanización agraria. Además, en estas tierras, donde se conserva uno de los mayores bosques de encina de la península ibérica, da comienzo el sistema de arriendo, por medio del cual el propietario cede el uso y explotación de la finca a uno o varios arrendatarios mediante el pago de una renta anual. De un sistema de explotación basado en la utilización de braceros para trabajar los recursos de las tierras, se pasa, poco a poco, a este nuevo modelo sustentado por familias enteras que fijan su residencia en las fincas. Estas y otras circunstancias provocan un fuerte éxodo de los habitantes de nuestros pueblos a las zonas más industrializadas del país como Madrid, País Vasco o Cataluña, y también al extranjero.
Para defenderse de las agresiones de un mercado desregulado y presidido por los propietarios de los grandes latifundios, los pequeños agricultores y ganaderos se vieron obligados a crear sociedades locales, comarcales y, más tarde, provinciales, como único medio de unir sus fuerzas ante los abusos desmesurados de los mercados. En algunas ocasiones estas asociaciones se fueron posicionando como agrupaciones políticas en la sociedad de cada momento, con el fin de tratar de cambiar las reglas del juego desde dentro, aunque a la vista de los resultados podemos concluir que con escaso o nulo éxito, pues la fuerza de la oligarquía agro-ganadera abolía aquellas tímidas iniciativas.
A estas últimas causas debió responder la aparición de la SOCIEDAD DE LABRADORES DE FREGENAL. El documento que da fe de su creación en el año 1902 podría tratarse de un borrador incompleto, no obstante se observa que su articulado está prácticamente terminado. Consta de trece artículos, aunque el decimotercero no está desarrollado. Otro documento fechado el 7 Noviembre de 1903 confirma nuestras sospechas, en el sentido de que la Sociedad que aparentemente se crea en 1902 tuviera continuidad. Efectivamente este documento atestigua su existencia un año más tarde cuando incitan a la ciudadanía a votar una candidatura municipal compuesta por cuatro miembros de la mencionada Sociedad de labradores: Don Lesmes López Ruiz, Don Manuel Bravo Navas, Don Lorenzo Durán Conejo y Don Ildefonso Cisneros Amador. El escrito dirigido a la población frexnense muestra un fuerte compromiso político con los labradores, «en contra de los privilegios de la Administración hacia los caciques» y un posicionamiento claramente reivindicativo y con planteamientos de marcado carácter social.
La duración de la sociedad se estableció por cinco años, comenzando su andadura en Enero del año 1902 y con fecha final el mismo día y mes del año 1907.
Sus objetivos fueron «proporcionar á los asociados la mejor y más fácil especulación del negocio de la labranza, y se fijó una cuota de entrada para atender a los gastos de la sociedad de dos pesetas y cincuenta céntimos y otra de cincuenta céntimos mensuales».
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