El pasado 11 de enero se cumplió el I centenario del nacimiento del pintor y escultor Guillermo Silveira García o García-Galán, más conocido solo como Silveira, considerado por la crítica especializada como un artista «de trayectoria amplia, estética renovadora y moderna para su tiempo, […] reflejo de un lenguaje plástico propio y diferente», en el que se entremezclan a menudo «dibujos, óleos, gouaches, látex, témperas…», que «pronto encontró su personal camino por la vía de un formalismo al tiempo monumental e ingenuo, centrándose su temática en escenarios de marginación y pobreza que evoca con particular acento poético».
Fue el pasado 11 de enero…, así que bien podemos recordar que ya del 29 de octubre al 30 de noviembre de 2021 se celebró en la sala de exposiciones del Edificio Badajoz Siglo XXI la muestra colectiva titulada «Salón de Otoño – Artistas de Badajoz» organizada por la Fundación CB con la colaboración de la Real Sociedad Económica Extremeña de Amigos del País en la que entre las creaciones de más de setenta artistas provinciales se colgó la obra La verdadera esencia ([homenaje a Guillermo Silveira] de la pintora Beatriz Gamito Villalobos, que junto a la correspondiente reproducción de la pieza se insertaron las líneas de la entrevista realizada en el verano de 1978 por el periodista Marciano Rivero Breña donde a la pregunta sobre «qué le ha dado la pintura a Guillermo Silveira» este respondió: «La pintura me ha llenado de satisfacciones, tristezas, alegrías, desengaños, incomprensiones muchas veces, porque soy un hombre que en el campo del arte sale a pecho descubierto, y esto no todo el mundo lo entiende», que ya al final de 2021 el Museo de Bellas Artes de Badajoz (MUBA) imprimió un calendario imantado de 10,5 x 15 cm conmemorativo del natalicio con una imagen del cuadro La cuerda rota.
Que ya en la sesión ordinaria del pleno del Ayuntamiento de Fregenal de la Sierra celebrada a partir de las 20:15 horas del 28 de diciembre de 2021 —a petición de la hija mayor del artista y una vez subsanado por parte del secretario de la edición «el error cometido al ser mecanografiado el texto del acta [del III Concurso de Pintura Eugenio Hermoso]» emitida a 22 de diciembre de 1984— se aprobó por unanimidad de los asistentes que la calle dedicada a principios de octubre de 1985 al pintor «FRANCISCO SILVEIRA» se llamara en adelante «GUILLERMO SILVEIRA», lo que supuso entre otras actuaciones que las dos primeras placas fueron reemplazadas el 13 de enero de 2022 por otras tantas en las que puede leerse lo siguiente: GUILLERMO / SILVEIRA / PINTOR Y ESCULTOR – ANTIGUA C/ BASTIMENTO.
«GUILLERMO SILVEIRA – UN PUÑETAZO DE ALMA». Sala Espacio CB Arte de la Fundación CB de Badajoz. Avda. Santa Marina n.º 25, 11-29 de enero de 2022. Contó la muestra con veinticinco piezas realizadas entre 1959 y 1987, todas ellas provenientes de colecciones privadas de Badajoz capital (22) y Talavera la Real (3), estas últimas adquiridas en su momento por «uno de sus primeros compradores y ya amigo, [quien las] guarda con admiración y casi devoción, Alfonso Rourich». En su mayor parte (20) fueron pintadas o bien a base de óleos, o bien de técnicas mixtas sobre lienzo, tablex, diferentes tipos de telas y otros soportes, a las que se sumaron cinco «obras menores [ejecutadas] al aguatinta, gouaches, grabados, dibujos, etc. [sobre papel]». También todas, salvo la composición sin título de principios de los años ochenta, Paisaje urbano (1984) y Dos músicos del circo (aun cuando esta tercera se vio brevemente en la Económica poco después de su muerte), se habían mostrado al menos en un evento anterior. Como ya ocurriera en las exposiciones antológicas de 2009 y 2017 predominó temáticamente la representación de la figura humana (17), «a la que trata con la ternura de quien se acerca paternalmente a sus personajes y los acoge con lo que él considera los valores eternos, como la fidelidad, el auxilio y la comprensión». Con dicho motivo se publicó un catálogo de cincuenta y cuatro páginas impreso a todo color en el que a modo de estudios introductorios de los cuadros presentados se incluyeron sendos textos de Fernando Saavedra y Rafael Morera que actuó como comisario.
Que el 20 de enero de 2022 se llevó a cabo en la sala Espacio CB Arte de la Fundación CB de Badajoz la presentación del libro titulado Guillermo Silveira – un puñetazo de alma editado por la propia entidad como parte de la colección Personajes singulares (n.º 14) con textos de Miguel Pérez Reviriego, Diego del Moral Martínez y Fernando Saavedra Campos, prólogo de Francisco J. Vaz Leal y epílogo de María Teresa Rodríguez Prieto, ilustrado con reproducciones de documentos y fotografías sobre la vida y obra del autor.
Que en esta misma línea el Ayuntamiento de Segura de León, pueblo natal del pintor, organizó a lo largo del fin de semana del 27 al 29 de mayo una serie de actividades dedicadas a «Guillermo Silveira en la tierra que lo vio nacer» entre las cuales se descubrió en la fachada de «la casa [de la] calle Cuesta donde está el cuartel de la Guardia Civil», hoy Ramón y Cajal n.º 4, un mural cerámico conmemorativo del centenario compuesto esencialmente a base de un conjunto de elementos extraídos de cuadros del pintor: Palomas blancas sobre tejado gris, En una esquina cualquiera, Tierra parda…, que acto seguido se inauguraron las muestras tituladas «100 x 100 SILVEIRA» consistente en colgar en distintos balcones de la Plaza de España un total de nueve lonas de 1 m² (100 x 100 cm) con reproducciones impresas de fragmentos de otras tantas obras pictóricas del artista como El adiós o La despedida, Niños olvidados, sin título (paisaje con carro de circo) o Paisaje (canal de riego) y «SILVEIRA EN EL CASTILLO» abierta al público hasta el próximo día 26 y en la que se presentan un total de quince piezas como Botellas (estudio), Coro de monjas, Virgen y Niño, Bodegón del té, El sembrador de piedras (1.ª vers.) o Tierra parda, realizadas entre comienzos de la década de los sesenta y mediados de los años 1980.
Que antes del siguiente 11 de enero Fregenal se vuelva a acordar de aquel joven Guillermo Silveira al que nunca se le olvidó que entre 1934 y agosto de 1936 residió en el n.º 5 de la céntrica calle Eugenio Silvela ni que como alumno oficial estudió los dos primeros cursos de bachillerato en el instituto de segunda enseñanza de un pueblo para inicios de una guerra ni que «por iniciativa propia» tomó clases de Dibujo, Colorido, Composición y Figura «en el estudio-taller» del artista y profesor de dicho centro Rafael Gómez Catón ni lo guapa que era Julia Albano.
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