Cerca de Fregenal de la Sierra, en una propiedad privada, rodeado de maleza y en mal estado de conservación se encuentra el Conjunto Monacal de San Miguel de los Fresnos.
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Una edificación que tiene su origen en el siglo VII, durante época visigoda, momento en el que se construye el ábside central y los arranques de las bóvedas de cañón laterales. Se cree que el conjunto puedo estar, en parte, construido con los restos de un monumento anterior de época romana o paleocristiana.
A lo largo de los siglos este conjunto ha ido sufriendo diversas intervenciones y modificaciones. En época bajomedieval se realizó una iglesia rural bajo la advocación del Arcángel San Miguel. Posteriormente, en los siglos XVI-XVII se renueva el altar mayor que aún se conserva en el ábside de la iglesia, con un nicho y una venera central. Del siglo XV, concretamente de 1460, es la figura del Arcángel San Miguel, obra realizada por el artista francés Lorenzo Mercadante de Bretaña. La escultura fue realizada en terracota policromada y esculpida según los cánones del gótico medieval. En 1932 esta pieza fue trasladada a Barcelona con motivo de un certamen expositivo, pero la obra nunca volvió a Fregenal de la Sierra y actualmente se conserva en el Museu Nacional d'Art de Catalunya.
Desde la delegación en Extremadura de Hispania Nostra, su responsable Alejo Hernández Lavado, destaca que no se justifica que esta pieza no haya vuelto a su origen.
Del Conjunto Monacal de San Miguel de los Fresnos se conservan los muros perimetrales de una nave única, cubiertas por dos arcos ojivales fajones. Se accede a ella a través de una puerta de estilo gótico situada en el lateral sur. Orientado hacia el este, se erige un ábside cubierto con una bóveda de cañón que finaliza en bóveda de cuarto de esfera. A unos 23-24 metros hacia el sur, se halla otra estructura de igual factura y con la misma orientación que la propia ermita, que parece denotar la existencia de un importante edificio de planta cuadrada.
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El abandono del conjunto hace que se encuentre en estado ruinoso y cubierto de maleza, con riesgo de desaparecer. El conjunto se encuentra en una finca privada, en cuyo interior suele haber ganado bovino, porque hasta hace poco, la ermita era utilizada como corral.
Al estar en manos privadas no se puede exigir un mantenimiento. Alejo Hernández dice que actualmente es complicado intervenir en el lugar, ya que no hay ningún expediente administrativo que asegure su protección. .
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Desde Hispania Nostra inciden también en que a la hora de acceder al lugar hay que contar con permiso de la propiedad privada y sobre todo tener mucha precaución ya que el conjunto monacal está en ruinas.
Actualmente hay una puerta metálica que cierra el acceso a la nave. En su entorno la maleza hace imposible la visibilidad de algunos de los elementos mencionados arriba. El estado de conservación es bastante malo, ya que tan solo se mantienen los muros perimetrales, los arcos ojivales y el ábside reformado, toda la techumbre está desaparecida.
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