Andrés Serrano Blanco
Martes, 16 de junio 2020, 07:30
En el año 1863, ocho elegantes caballeros británicos se reunieron durante varias noches seguidas en el pub Freemasons Tavern de Londres para poner en orden las reglas del «football», deporte que ya entonces era muy popular en Inglaterra, aunque sus jugadores observaban diferentes normas según la región donde lo practicaban. De aquellas reuniones nació el deporte más universal como lo conocemos hoy, aunque en este siglo y medio de existencia su reglamento haya sufrido cambios muy importantes que ha ido adaptándolo al discurrir de los tiempos.
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El término «fútbol» proviene de la palabra inglesa «fooball», que significa pie y pelota, por lo que también se le conoce como balompié. Se hizo muy popular en las islas y se extendió gracias a los trabajadores ingleses que marchaban al extranjero con las grandes sociedades financieras y empresas mineras.
En España se comenzó a jugar al fútbol en la zona de las Minas de Riotinto, en la provincia de Huelva, así nació el primer equipo español, el «Huelva Recreation Club», actual Recreativo de Huelva, en 1889, formado exclusivamente por jugadores extranjeros. Puede ésta considerarse la versión oficial, la más extendida, pero hay quién sostiene, como el periodista extremeño José Ramón Alonso de la Torre, que está constatado que el primer partido se jugó en Vilagarcía de Aurosa, en la provincia de Pontevedra, en cuyo puerto atracaban los barcos que iban de Liverpool a Huelva para cargar madera con destino a las minas de Rio Tinto. Allí –dice-, se jugó el primer partido en España entre marinos ingleses y estibadores vilagarcianos.
Hace casi un siglo, un frexnense, Julián Jiménez, escribía el revelador texto que sigue:
«»En casi la totalidad de las poblaciones de la importancia de esta, existen ya equipos de fut-bol y aquí, un puñado de jóvenes entusiastas, entre los que me encuentro, estamos dispuestos a llevar a efecto la formación de un equipo que pueda, dignamente, decir algo de nuestra cultura física.
Cierto, que dificultades insuperables se oponen a la realización de nuestros propósitos, pero nuestra voluntad es grande, el número de entusiastas crece por momento y no dudamos un solo instante en que lograremos salir airoso de nuestro cometido.
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Contamos con la desinteresada ayuda de este valiente semanario y sabemos que las Autoridades y elementos de relieve no nos han de negar su apoyo.
Lo demás es cuestión de trabajo, de mucho trabajo, que estamos dispuestos a realizar para el total logro de nuestros proyectos»».
No sabemos si tan sentida proclama, insertada en «El Homenaje», semanario que se publicaba en Fregenal, en su número 18 del día 16 de Marzo de 1925, surtiría efecto de inmediato, no obstante todo parece apuntar que aquellos fueron los comienzos del deporte futbolístico en nuestra ciudad, aunque cueste imaginar los métodos de aprendizaje y los lugares de realización de los partidos. Muy cercano a ese año, en 1929, Manuel Pérez Guerrero, maestro nacional recién llegado a Fregenal, implementa un nuevo impulso a la recién estrenada afición, capitaneando uno de los equipos locales, el de «Los Canarios», manteniendo su compromiso con este deporte hasta el final de sus días. Lo cierto es que hasta principios de los años treinta no encontramos las primeras noticias de la creación de equipos organizados. Por aquellas fechas, y siempre según las fuentes documentales consultadas y las entrevistas personales realizadas, aparece el CLUB DEPORTIVO FREXNENSE, más conocido como «Los Chivos», creado por un ciudadano de nacionalidad inglesa que prestaba sus servicios profesionales en la Fábrica del Corcho, que por aquellos años se ubicaba en los alrededores de la estación de ferrocarril: Contemporáneo y rival encarnizado coexistió otra agrupación, la citada más arriba, bajo el nombre de FREGENAL F.C., o en términos populares como «Los Canarios». Este testimonio recogido a un anciano hace años así lo relata: ««Los Canarios» eran los señoritos, y «Los Chivos» los trabajadores, el equipo de «Los Chivos» lo hizo un señor de la fábrica del corcho que le decían «El Inglés» porque era inglés, y vino a la fábrica del Corcho a trabajar. En «Los Canarios» estaban los hermanos Somoano, y los «Singer» (porque vendían máquinas de coser), D. Manuel Pérez y D. Antonio Rios.»» Una de aquellas alineaciones de «Los Chivos» la detalla un artículo publicado en el año 1985 en la revista «La Fontanilla», y era ésta: Portero: Reyes, Defensas: Martín y José María, Medios: Albarrán, El Inglés y Pecellín, y en la delantera: Aguilar, Juanito, Macarro, Rufino y Arrastrabicho. El escenario de disputas era un improvisado campo de juego situado en «La Albuera», donde cada domingo se instalaban las porterías con maderos y rabizas de eucaliptos que se ataban con lías que algún albañil de la época cedía, después de colocar unas estacas y cuerdas para delimitar el terreno que se señalaba con cal blanca. Cuentan nuestros informadores de mayor edad que un lugareño que vendía carbón por la calle con un carro, solía llevar a los partidos unas pocas sillas que cedía por el precio de una peseta. También la organización de los encuentros proveía de sillas a la afición procedentes de alguno de los cines de la época. Las peleas y riñas se sucedían con frecuencia entre uno y otro bando, y los primeros partidos fueron arbitrados por Vicente López Navarrete, que había jugado en «La Ferroviaria», un equipo de 3ª División de Madrid.
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(Continuará)
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