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Momento de su definitiva consagración.
Sor Gladness emitió sus votos solemnes

Sor Gladness emitió sus votos solemnes

La comunidad de clausura frexnense recibió con los brazos abiertos a su nueva hermana

JUAN IGNACIO MÁRQUEZ

Lunes, 1 de octubre 2018, 10:02

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El convento de las Madres Agustinas de Fregenal de la Sierra acogía el acto de consagración solemne a esta comunidad de Sor Gladness Manga Kirongo del Inmaculado Corazón de María, que nació en Kenia en el seno de la comunidad cristiana de Taita. Una ocasión que permitía volver a ver este templo lleno de feligreses dispuestos a acompañar a la nueva hermana en esta jornada tan especial.

Tras llegar a la comunidad agustiniana frexnense con 23 años y tomar sus primeros hábitos de color blanco como novicia, en el mes de junio de 2010, siguiendo de este modo el ejemplo de vida de su tía Sor Fausta, monja de votos solemnes en esta misma comunidad, realizó dieciocho meses después, en diciembre de 2011 profesión temporal.

Ahora, el acto para el que la postulante pidió, en los días previos a través de su invitación, el acompañamiento de la comunidad religiosa, frexnense rogando se la tenga presente en las oraciones ante el Señor, para que pueda ser fiel y amar más, tanto a la orden como a la comunidad, se desarrollaba en la tarde de este sábado en el templo de Nuestra Señora de la Paz, que se vestía de sus mejores galas para recibir, de manera perpetua, a esta nueva hermana.

Como refería Sor Rosario, Madre superiora del convento: Sor Gladness se arriesgó a dejar en su país todo lo que más quería, sus padres, sus tres hermanos, sus amigos y la comunidad parroquial en la que dio sus primeros pasos en la fe, para venir a España con la única idea e ilusión de consagrarse a Dios, como contemplativa Agustina en Fregenal.

Hoy ve su sueño hecho realidad, aunque es un camino que comienza a vivir en unión de las hermanas. Como diría San Agustín: Canta y camina. Sí, camina en el amor para que se haga corto el viaje.

Sor Glandness Magna expresó su deseo de consagrarse más íntimamente a Dios con esta profesión solemne, observando para siempre la castidad perfecta, la obediencia y la pobreza. Esforzándose con firmeza y constancia para alcanzar la caridad perfecta, viviendo únicamente para Dios en la oración asidua y la penitencia alegre, en silencio y en el humilde trabajo cotidiano; sumándose a esta congregación en el vínculo de la unidad, para hacer más eficaz, en la iglesia, el ideal de la vida eclesial de los que, con un alma sola y un solo corazón hacia Dios muestran qué dulzura y qué delicia es convivir con los hermanos unidos.

En la celebración de este sábado fueron sus padrinos José María de la Figuera y López y María del Socorro de Vargas y Quiroga, Marqueses de Fuente el Sol.

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