39 personas de diferentes edades reciben el sacramento de la Confirmación

Ante un templo lleno por completo de familiares y amigos, tal y como suele ocurrir en estos casos, se volvía a desarrollar en la jornada de ayer jueves en la iglesia de Santa Ana, la celebración eucarística convocada por la parroquia de Fregenal de la Sierra para que 39 fieles, de edades diversas, aunque en su mayoría jóvenes, recibieran el sacramento de la Confirmación.

Un acontecimiento religioso que, en esta ocasión, volvía a llegar de la mano del Vicario Episcopal de zona, Francisco Javier Moreno Soltero, quien tras recibir la información correspondiente por parte del párroco y del responsable de los grupos de catequesis de preparación para recibir esta nueva gracia, impuso sus manos sobre cada uno de los confirmandos.

Previamente, se dirigía Moreno Soltero a todos los fieles y en especial a aquellos que han desarrollado este proceso catequético, desde un mensaje inicial de acción de gracias, por el don que se hace presente a través del Espíritu Santo; valorando más tarde la importancia de este sacramento, que viene a unirnos íntimamente al Señor, de tal manera que somos ya plenamente de él, dijo.

Más adelante, añadió: recibir este sacramento supone entregar al Señor todo mi ser, para que él disponga de mi, ya que soy propiedad suya. Entregarle mi entendimiento, mi voluntad y mi libertad, como María dijo al Ángel un día.

Esto nos debe llevar a cuestionarnos sobre la voluntad de Dios hacia nosotros, señaló Moreno Soltero, rompiendo los miedos que, a veces, tenemos de darle todo al Señor.

Más adelante invitó a disfrutar del amor de Dios encontrando la alegría que buscamos en el fondo del corazón y, por último, instó a todos a vivir la fe en comunidad a través de la Iglesia, uniéndose a la parroquia de Fregenal de la Sierra y su misión, en el caso de los cristianos de aquí, compartiendo la fe. Servir a los pobres, afirmó, a los más débiles o a los enfermos, a través de una misión de todos los bautizados de Fregenal.

En el caso de los jóvenes, culminó, siendo callejeros de la fe, llevándola a todos los lugares: A la familia, al instituto, al botellón o al deporte, yendo a todos los ambientes a anunciar la alegría del evangelio.