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Extraordinario ambiente en la calle Orihuela Grande este Miércoles Santo.
Prueba superada con éxito

Prueba superada con éxito

Centenares de frexnenses presenciaron el paso de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Atado a la Columna por la calle Orihuela Grande.

juan ignacio márquez

Jueves, 29 de marzo 2018, 10:19

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El traslado de la Estación de Penitencia de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Atado a la Columna a las calles del barrio de Santa Catalina resultó todo un éxito a juzgar por el número de personas que acompañó el cortejo procesional a su paso por la calle Orihuela Grande.

Centenares de personas acompañaban a los tres pasos de esta procesión, fundamentalmente en esta zona, donde se vivía una noche con un ambiente muy especial e histórico ya que ni los más mayores del lugar recuerdan un hecho así en el caso de esta cofradía.

Sólo en alguna ocasión se dio una circunstancia similar en esta zona sur de la población con la cofradía del Santísimo Cristo del Perdón, pero nunca en una procesión nocturna como la popularmente conocida como 'Los Judíos'.

El recorrido se iniciaba más allá de las nueve de la noche dirigiéndose los pasos, en primer lugar, hacia el Paseo del Pilarito desde donde la cruz de guía cambiaba su trayectoria habitual hacia la calle El Rodeo.

A partir de ahí, se atravesaba la Avenida de España para dirigir la marcha por la calle Orihuela Grande, que en determinados tramos se veía, especialmente, llena de frexnenses y devotos, pese a las dimensionesde esta vía.

Hacia la mitad se concentraba el mayor número de fieles donde se esperaba con especial atención la intervención de Julián Calderón, que se arrancaba magníficamente con una preciosa saeta a 'Jesús Cautivo' en la advocación del titular de esta cofradía 'Nuestro Padre Jesús atado a la columna'. Su interpretación se cerraba con una calurosa ovación por parte de todos los presentes.

A partír de ahí, se reemprendía el recorrido, que giraba hacia la calle La Fuente para retomar el paso buscando el regreso hacia el templo de Santa Catalina por las calles Mazaderos y Sevilla.

Se cerraba el cortejo, alrededor de las doce de la noche, con la entrada de la Imagen de Nuestra Señora del Refugio que marchaba, como el resto de los pasos, preciosa, en particular en el caso de la Santísima Virgen, luciendo su mirada intensa y perdida en el horizonte, con un variado exorno de flores diversas entre las que podían verse anturium, lilium y rosas con predominio de color rosa palo.

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