juan carlos delgado
Lunes, 6 de febrero 2017, 07:47
A estas alturas, ya nadie pone en duda que la observación de aves o Birding, es un recurso turístico importante para Extremadura. El casco urbano de Fregenal de la Sierra, no es una excepción, pues en él se pueden observar en diferentes épocas del año, hasta cuarenta especies de aves diferentes, en nuestras torres, iglesias, conventos, calles o jardines. Con esta oferta los visitantes no solo pueden disfrutar de nuestros elementos más emblemáticos, como el castillo y la iglesia de Santa María, donde se pueden observar especies como la cigüeña blanca, el avión roquero, el estornino, el mochuelo común, o el escaso cernícalo primilla. Este pequeño halcón, ha sufrido una merma en su población frexnense, pues ha descendido un cincuenta por ciento en el número de parejas. La cigüeña blanca sin embargo se mantiene con una población mínima de quince parejas nidificantes, desde hace al menos treinta años.
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En otros edificios, como la iglesia de Santa Ana, por poner solo un ejemplo más, nidifican también cigüeñas y cernícalo, además del cárabo y la lechuza.
Otras aves de interés ornitológico, son la golondrina común, antaño muy abundante y que actualmente está viendo mermada su población, como consecuencia de la desaparición de lugares de cría, entre otros factores. Hubo un tiempo en el que eran frecuentes los doblados de las casas, las cuadras y otras construcciones que estas aves usaban para instalar sus nidos y que debido a los cambios y mejoras, de nuestra sociedad, están dando al traste con estas aves.
Nuestros parques y jardines, así como huertos y jardines particulares, albergan una nutrida e interesante pléyade de aves insectívoras, que ayudan a mantener a raya a gran cantidad de insectos, convirtiéndose así, en verdaderos controladores de posibles plagas. Ahí están los petirrojos que llegan de tierras más norteñas para pasar el invierno con nosotros o los colirrojos tizones, y también las chirivías. Y en época de cría los verdecillos, jilgueros, mirlos o verderones, que ocupan cualquier árbol urbano para instalar sus nidos, a la vez que con su presencia deleitan a los observadores de aves.
En definitiva, estoy convencido de que el casco urbano de Fregenal de la Sierra, se puede ofertar como un reclamo para el turismo ornitológico, y en este sentido sería conveniente que las aves se tuvieran en cuenta a la hora de planificar las rutas y visitas cuando los turistas miran nuestros edificios, en definitiva el eslogan bien podría ser: edificios y aves, o viceversa.
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