Solventado con holgura el problema de los costaleros salió a la calle el Santo Entierro de Cristo

A las cinco y media de la tarde de este Sábado Santo se ponían en la calle los primeros penitentes de las distintas cofradías que procesionan en la Semana de Pasión frexnense y que habitualmente acompañan el Santo Entierro de Cristo.

Una tradición en especiales dificultades este año a falta de cofrades del Señor de los Afligidos dispuestos a hacerse cargo de la Junta Directiva de esta cofradía, lo que provocaba que la Junta de Cofradías Penitenciales organizase de la salida de los cortejos que, habitualmente, organizaba este grupo, el Santo Entierro de Cristo y la procesión de Jesús Resucitado.

Una circunstancia que llevaba a plantearse, de entrada, dejar a la Virgen de los Dolores en el interior del templo de Santa Ana y emprender el recorrido esta tarde, única y exclusivamente, con la urna que porta la hermosa talla del Señor de los Afligidos, otra de las bellas creaciones que recorren la Estación de Penitencia en Fregenal de la Sierra, datada en el siglo XVIII.

Una procesión que se abría camino en silencio habida cuenta de la ausencia, también, de banda de música.

Acompañando la urna que portaba el cuerpo yacente de Jesucristo un pequeño grupo de hombres y menos mujeres que creaban un escaso ambiente en el llano de Santa Ana, en una tarde gris que ya amenazaba lluvia a la salida de la procesión por las calles de Fregenal de la Sierra.

No faltaba un pequeño grupo de penitentes de la Cofradía del Señor de los Afligidos que si salían a la calle con sus túnicas de color negro, en señal de luto, acompañando al titular.

Finalmente, antes de la culminación del cortejo comenzaba a llover ligeramente en el llano de Santa Ana, lo que obligaba a agilizar la marcha dándose por concluido el recorrido próximas las siete de la tarde.

En el interior del templo amenizó la entrada del cortejo y la sepultura de Cristo yacente bajo el altar mayor del templo el maestro Joaquín Parra, al órgano.