El mercadillo vuelve en el Recinto Ferial

El pasado martes, 19 de mayo, volvía a montarse el mercadillo al aire libre en Fregenal. En esta ocasión, se trasladaba el emplazamiento del habitual mercado desde la calle Orihuela Grande hasta el Parque Ferial. Una medida que anunciaba la semana pasada el Ayuntamiento de Fregenal, como una manera de adaptarse a las medidas sanitarias propias de la Fase I.

El acceso al mismo se realiza por una de las puertas del recinto, que mira hacia la Barriada Faustino Cordón. Al final de la conocida como calle de los Turroneros, que se denominó así por ser el lugar donde habitualmente se sitúa este gremio durante las Ferias y Fiestas San Mateo, se encontraba el control de acceso al mercadillo. Tres voluntarios de Protección Civil se encargaban de controlar el aforo y de surtir con gel desinfectante a los asistentes.

En la zona habilitada para los puestos, donde habitualmente se colocan las atracciones para los niños en el ferial, encontramos a penas cinco montados. O más bien desmontados, dado que accedemos a ellos a últimas horas de la mañana. Preguntamos a varios de los dependientes. «Habrán venido unas cien personas más o menos», nos comenta la dependienta del puesto de golosinas y frutos secos, mientras nos prepara un pequeño surtido.

Más abajo nos encontramos con algún puesto de ropa y de flores. «Habrán venido entre 100 y 150 a lo largo de toda la mañana», nos cuenta el florista, «a mí la verdad es que me parece bien, más después de haber estado tantos meses sin ganar nada». Aunque entre todos subyace la idea de que este lugar no les beneficia para nada. «Casi no ha venido nadie para lo que estamos acostumbrados», nos cuenta otro dependiente, «la gente no se ha enterado, esto está muy lejos y aun hay mucho miedo».

Mirando la normativa, el espacio ofrecido por el Consistorio frexnense es el único que cumple con los requisitos necesarios para la puesta en marcha del mercadillo. Los puestos están separados unos de otros al menos a seis metros de distancia, hay otro metro delimitado en el suelo donde los clientes pueden esperar a ser atendidos de uno en uno, y espacio suficiente para que la gente circule. También se cumple la normativa en el sentido de que puede regularse el aforo de acceso y se establece un circuito con inicio y final para que no se produzcan cruces entre los asistentes.

No obstante, la localización se plantea un problema para todos. «Lo normal es que venga gente mayor», nos comentan, «y no van a recorrerse el pueblo entero solo para venir aquí». Este tipo de mercados posee una problemática añadida que los mismos dependientes nos comentan, y es que «la gente joven ya no viene». «Hace bastantes años que no veo a ninguna muchacha de veinte años por aquí», nos cuentan, «ahora todo se compra por internet». En suma, unas circunstancias que, si añadimos el calor que hacía esta mañana, limitan el público, a espera de volver a las circunstancias habituales de este mercadillo.