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A la derecha, Sara Perogil, en una imagen promocional de la obra 'Dolores y Esperanza'. Cedida
«Soñaba con cantar cuando era niña»

«Soñaba con cantar cuando era niña»

Entrevista a la actriz frexnense Sara Perogil

Ana Isabel Padilla Macías

Fregenal de la Sierra

Lunes, 23 de octubre 2023, 10:12

La actriz Sara Perogil, natural de Fregenal de la Sierra, nos abre sus puertas para contarnos un poco sobre su vida y sobre su última obra; 'Dolores y Esperanza', que ha escrito y protagoniza junto con Laura Balo.

¿Desde cuándo se dedica a la actuación?

Pues me apunté a una escuela de teatro a los veinticuatro o veinticinco años, después de acabar el Grado en Psicología. No tenía claro qué camino tomar después de terminar la carrera y tenía unas inquietudes personales que notaba que solo podía satisfacer en grupo y haciendo algo útil y artístico. El teatro y la psicología se enlazan y sanan. Así que fui a probar y me consoló, me sentí aliviada ahí y me hizo muy feliz. Se abría un mundo nuevo.

¿Siempre quiso ser actriz?

La verdad es que no. Yo de pequeña recuerdo que quería ser cantante y también me gustaba mucho el baile, pero la interpretación nunca me llamó la atención que yo recuerde. Y ya después, con el colegio y el instituto, pues las profesiones que contemplaba para el futuro eran de otro tipo como maestra de biología, periodista o policía.

¿Cómo era la Sara niña? ¿Con qué soñaba?

Pues yo soñaba con cantar cuando era niña. Era algo que me vino de las novelas, de una que se llamaba Rosalinda, que protagonizaba Thalía. También porque en el pueblo, en la feria venían cantantes y me acuerdo de que me impactó mucho David Civera. Pero bueno, tampoco lo expresé mucho a mis padres y el colegio eso no lo estimula.

¿Dónde se ha formado como actriz?

Pues me he formado en una escuela de Sevilla que se llama CASA CHEJOV. Además, en Madrid me he formado en La Joven Compañía, Estudio Work in Progress, unos meses en la escuela William Layton, haciendo cursos puntuales de un mes, asistiendo a clases de voz y de danza Butoh entre otros lugares.

¿Qué otras obras ha hecho? ¿En qué lugares ha actuado?

Pues he participado en una obra llamada AEKCHI Y MAJYAC NO DEBEN MORIR en el Auditorio de la Universidad Carlos III de Madrid. Trata de la imposibilidad de morir a causa de un castigo divino y de las consecuencias que eso trae a los personajes.

Otro proyecto fue una una residencia artística de improvisación y danza que culminó en una pieza llamada QUARTIER LIBRES, que explora qué trozo de libertad tenemos cada uno y cuándo ésta se ve violada. Fue dirigido por una directora de Costa de Marfil llamada Nadia Beugré y que pudimos exponer en el Festival de Música y Danza de Segovia.

También he participado en una obra de danza teatro dedicada a la infancia llamada

UNA MELODÍA QUE NO RECUERDO en la sala madrileña El curro DT. Además he hecho improvisaciones en un bar del barrio madrileño de Malasaña.

Por último, en Sevilla, concretamente en el Teatro Távora he participado en la obra

QUIMERA de Federico García Lorca con el director Ismael Múrtura.

Dicen que nadie es profeta en su tierra… ¿Cómo es volver a su pueblo a actuar? ¿Es la primera vez o ya ha estado antes?

Es la primera vez. Volver y actuar ha sido difícil. Tienes ganas de hacerlo bien, de hacerlo perfecto. Se siente mucho miedo pero he de decir que es muy bonito y volvería a hacerlo con los ojos cerrados. Me he sentido tremendamente apoyada antes de hacer la función. Durante la función, yo sentía que estaba tan cómoda que me asustaba y percibía mucho calor del público. Y después de la función fue muy bonito ver cómo se lo tomó el público (familia, amigos y conocidos de toda la vida), cómo lo vivieron. Solo hemos recibido palabras buenas sobre la obra y palabras de ánimo hacia nosotras. Siento que nos apoyan, nos animan a seguir y están con nosotras. Eso no tiene precio.

Además de esta obra, ¿Tiene algún otro proyecto entre manos?

Pues estoy escribiendo otra obra, pero va muy despacio dado que a veces no le consigo dedicar el tiempo que merece. Y mientras tanto, pues me gustaría tener algún proyecto más, que alguien me propusiera algo que me gustase y me llenase, pero bueno, estamos en el camino.

¿De dónde surgió la idea para la historia?

La idea surgió de mano de mi compañera Laura. Ella estaba en su último año de formación en teatro y una asignatura era crear una obra de una sola persona que tratase sobre un tema social. Ella eligió hablar de la violencia de género e investigando y leyendo, encontró que en la prostitución se da mucho este tema y que además, está totalmente invisibilizado. Por lo tanto, decidió que su personaje sería María, una mujer que se dedica a la prostitución, y hablar del maltrato desde ahí. Esta obra se llama BAJO TIERRA.

Creo que Laura realizó la obra hace algún tiempo, ¿Por qué decidió unirse?¿Cómo fue? ¿Se conocían previamente?

Laura y yo hemos coincidido mucho en unos entrenamientos actorales justo cuando retomábamos la normalidad después del COVID. Conectábamos mucho, yo me sentía muy bien cuando nos mirábamos. Hay veces que solo con mirar a alguien, ya sientes que descansas. No teníamos que esforzarnos. Podíamos mirarnos durante mucho rato sin hacer nada y eso no era algo habitual. Cuando yo fui a ver su obra, sentí que ella se apoyaba en mí porque me miraba todo el rato. Me impactó mucho que fuera tan valiente para contar esa historia sola. Y ella notó que yo me emocionaba mucho con lo que estaba haciendo así que un día me propuso que escribiera un personaje llamado Esperanza que fuera también una mujer que se dedica a la prostitución. Y yo escribí a partir de BAJO TIERRA introduciendo nuevos temas y mi visión particular acerca de todo este mundo.

Háblenos sobre las protagonistas… ¿Qué buscan Dolores y Esperanza?

Dolores busca volver con su madre y estar con ella sin que haya maltrato de por medio. Busca reparar una infancia que fue traumática. Busca amor, algo que en el fondo, nunca supo qué es.

Esperanza busca seguir adelante como sea, tener sus propios sueños y no dejar que el sórdido mundo en el que se encuentra, le quite visión, le quite altura de miras. Quiere dar amor, siente que tiene derecho a darlo, aunque en el fondo, a veces no se cree merecedora de recibirlo.

En definitiva, creo que una busca que le den amor y la otra busca darlo. Una busca a su madre y la otra busca ser madre. Y entre las dos, buscan seguir unidas y no olvidar nunca a las que ya no están, a sus compañeras asesinadas. Como conclusión, ambas buscan la unión.

La obra trata la prostitución, ¿Cree que la sociedad entiende todo lo que conlleva para las mujeres que se encuentran dentro de este mundo?

No. Siempre se huye de esta realidad. Ellas no tienen voz porque la sociedad no se la da. Creo que aunque ahora se está hablando un poco más del tema, aún hay mucho estigma. Y creo que eso es por el miedo a enfrentarnos a una crítica brutal hacia nosotros mismos. Creemos que no somos responsables.

Dolores y Esperanza es una obra dura e intensa, ¿Cree que el público percibe el trasfondo de la misma?

Yo creo que sí aunque es difícil por otra parte dado que la obra encierra temas muy sutiles y que nos conectan a todas las mujeres como la culpabilidad o la vergüenza que sentimos o hemos sentido siempre por diversos aspectos. Al haber tanta escena dura e intensa como dices, a veces puede pasar un poco más desapercibida alguna reflexión que hay en la obra o algún detalle como hacer un regalo por el día 1 de Mayo, día del trabajador. Esto es como con las películas, mientras más veces veas la misma, más capas encuentras. Pero en general, sí considero que el mensaje llega. Yo creo que lo que importa es la sensación con la que salen, y siempre hemos visto por lo que nos dicen, que ha impactado y que aunque es duro, la realidad es esa. Así que creo que salen admitiendo y eso es muy bueno.

¿Con qué sensaciones cree que salen tras verla?

Pues nos han dicho que es duro, pero que es la vida real, que es así. Salen removidos y algunos, emocionados y como he dicho en la pregunta anterior, asumiendo o admitiendo.

¿Y usted como actriz? ¿Cómo se vive la obra desde su lado? ¿Es distinto que hacerlo como público?

Desde mi lado, mi trabajo es creer. Ella, Esperanza, con la situación que tiene, tiene fe y se ilusiona con las pequeñas cosas y yo, teniendo una vida más fácil, a veces soy más pesimista. Así que yo, para hacer esta obra, tengo que estar a su altura y por lo tanto, creer y aguantar.

¿Qué se siente como mujer poner sobre las tablas una obra tan dura?

Pues es algo que has escrito tú, y que de alguna forma, tiene que ver contigo. Se siente mucho vértigo porque hay que meterse en situaciones que ni una sabe que llevaba dentro. Honestamente, no creo que todavía hayamos hecho nuestro mejor pase. Siento mucha responsabilidad porque hay que habitar situaciones que son muy duras y con mucha transparencia. Por otra parte, también está lo bueno, es bonito ver que alguien se puede ilusionar con poquito, ver cómo se cuida la amistad, cómo se cuida a la otra persona, ver que se ríen. Esta obra me recuerda valores como cuidar de la amistad y me hace ser más buena conmigo misma.

¿Cree que en algún momento se podría erradicar la prostitución?

Yo creo que no se va a erradicar. Para eso tendría que haber un plan mundial, no solo dentro de los países. Y lo veo imposible a nivel mundial. En España, también lo

veo complicado. Hay que desplegar muchos medios para que se erradique, medios para las mujeres inmigrantes. Y me cuesta pensar que se destinará todo el esfuerzo que se requiere para ello. Es un tema espinoso, porque también está la parte de la regularización y al final, creo que hay que escucharlas a ellas.

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