

JUAN IGNACIO MÁRQUEZ
Martes, 28 de agosto 2018, 10:33
A sus 50 años de edad y enrolada desde hace media vida en el ejército, nos permite la frexnense Manuela Vázquez Díaz, recorrer su trayectoria militar y una carrera que la ha llevado a la graduación de Capitán del Cuerpo Militar de Sanidad con destino en la USBA General Menacho, en Botoa, concretamente en el servicio de Psicología. Con ella hablamos de sus inicios, su brillante trayectoria y sus perspectivas de futuro.
¿Cuántos años lleva en el ejército?
Ingresé en las Fuerzas Armadas el 1 de septiembre de 1993, hace casi 25 años y tenía 26 cuando terminé la formación en la Academia Militar.
¿Qué la llevó a tomar este camino en tu vida?
En principio, fue una salida laboral. Un amigo me habló de unos Alféreces Psicólogos que estaban destinados en Capitanía de Sevilla. Así que allá me fui una mañana de enero del 93 con otras dos compañeras.
Nos recibieron tres Alféreces y un Teniente que resolvieron todas nuestras dudas acerca del proceso selectivo y la formación en la Academia. Desde ese mismo día, empezamos a entrenar las pruebas físicas y a estudiar para conseguir nuestro objetivo.
Nos examinamos en julio de ese mismo año y las tres aprobamos, eso sí, cada una para una academia, en mi caso: la Academia de Caballería en Valladolid.
Fue anecdótico que, cuando estaba en la recta final de mi preparación para las pruebas de acceso a la Academia Militar, el Grupo Folklórico los Jateros, del que fui bailarina durante más de 25 años, tenía previsto una actuación en un festival de Holanda. Como no había salido la fecha de mi oposición y algunas bailarinas aún no habían terminado los exámenes finales en la Universidad, me vi en el compromiso de ir al viaje. Aún no había bajado del autobús, cuando Juan Francisco Ceballos, director del grupo, me comunicó que mis padres habían llamado a la organización del Festival para que me informaran de la fecha de la primera prueba. A pesar de todo, pude pasar 4 días actuando, hasta que llegaron mis compañeras y me hicieron el relevo. Todavía recuerdo las palabras del director del grupo cuando me despidió en el tren que me llevaría al aeropuerto de Ámsterdam: Anda vete y aprueba, y al pueblo no vuelvas hasta que seas Capitana Generala como la Virgen de los Remedios
Los 20 días que transcurrieron entre el final de mi viaje y los exámenes fueron durísimos, pero conseguí mi objetivo.
¿Cómo ha cambiado el ejército desde su llegada hasta la actualidad?
Considero que el modelo de ejército en el que yo ingresé ha evolucionado enormemente. En primer lugar, en el 93 el servicio militar era obligatorio y el porcentaje de tropa profesional era muy pequeño.
En segundo lugar, había muy pocas mujeres. De hecho, cuando yo llegué al RCLAC Sagunto 7, que fue mi destino como Alférez de Caballería en prácticas, en febrero del 94, fui la primera mujer.
Y, por último, el hecho de que nuestras FAS estén integradas en misiones internacionales de la OTAN, la ONU, etc., hace que todos tengamos otras perspectivas de futuro, otra visión de nuestro trabajo y, desde mi punto de vista, se ha mejorado mucho tanto la calidad de la formación, como las virtudes que nos caracterizan como institución.
¿Ha supuesto algún problema en el desarrollo de su carrera el hecho de ser mujer?
Para nada. Ingresé con una promoción de hombres y mujeres, que hoy somos casi todos Capitanes. La mayoría de las mujeres de mi promoción nos hemos casado, hemos sido madres y hemos tenido las mismas oportunidades de promoción que nuestros compañeros.
Desde mi punto de vista, la igualdad empieza en casa, es decir, nuestros maridos, igual que las mujeres de cualquier militar hombre, tienen que asumir que nuestro trabajo nos obliga a estar fuera de casa en determinadas ocasiones, previstas o no, y por tanto, es imprescindible que el cuidado de la familia y las obligaciones domésticas puedan ser totalmente asumidas por cualquiera de los dos.
¿Qué mensaje le trasladaría a las mujeres jóvenes que puedan estar pensándose esta opción en sus vidas?
Las animaría a seguir su vocación y les diría que el hecho de ser minoría, en torno al 12,5%, no nos impide desarrollar nuestra carrera como cualquier otro militar. Insisto en que la institución respeta las normas y leyes de igualdad establecidas, pero somos nosotras las que tenemos que conseguir esa igualdad en nuestro entorno familiar.
Hablemos del momento presente. ¿Dónde se encuentra?
Actualmente soy Capitán del CMS (Cuerpo Militar de Sanidad) y estoy destinada en la USBA General Menacho (Botoa Badajoz), concretamente en el servicio de Psicología. Este servicio tiene entre sus funciones llevar a cabo los reconocimientos psicológicos pre y post misión del personal seleccionado para participar en las distintas operaciones en el extranjero y, a su vez, dar apoyo psicológico tanto a los destinados en la Base de Bótoa como a las familias del personal desplazado a Zona de Operaciones, así como, asesorar al Mando en todo lo referente la aplicación de la Psicología dentro de las Fuerzas Armadas.
Hablemos también sobre su trayectoria hasta llegar al día de hoy.
Ingresé el 1 de septiembre de 1993 en la Academia de Caballería. En febrero de 1994 me incorporé al Regimiento Ligero Acorazado Sagunto 7, en Sevilla, como Alférez en prácticas, y en junio de ese mismo año, fui destinada a la USAC General Menacho, en la que desarrollé mis funciones como Psicólogo de unidad que compatibilizaba con las guardias y servicios propias del Arma de Caballería. En noviembre de 1998 fui agregada a la Brigada Guadarrama XII (Madrid), donde estuve un mes preparándome para formar parte de la SPABRI IX, que cumpliría misión en Bosnia durante cuatro meses. Estuve realizando mi labor en el destacamento de Mostar España de diciembre del 98 hasta abril del 99.
La Ley 17/99 de la Carrera Militar incluyó a la Psicología, Enfermería, Medicina, Veterinaria, Odontología y Farmacia, como especialidades fundamentales del Cuerpo Militar de Sanidad. Así que en julio de ese año cambié mi especialidad de Caballería por la de Psicología, lo cual me permitió dedicarme exclusivamente al trabajo en el Gabinete. En Febrero de 2000, fui destinada al Gabinete de Psicología de la Base Aérea de Talavera la Real (Badajoz). En este destino permanecí 5 años, en los que trabajé tanto con el personal militar allí destinados como con los alumnos de la Escuela de Caza y Ataque. A dichos alumnos les impartía un módulo de control de estrés, fatiga en vuelo, toma de decisiones, etc., y coordinaba el plan de acción tutorial con la Jefatura de Estudios de la escuela. Finalmente, en julio de 2006, regresé a la USBA General Menacho, donde sigo actualmente.
¿Cuál es su actividad cotidiana? ¿Cómo es un día en su dotación?
Yo estoy destinada en la USBA General Menacho que es la Unidad que da servicio a la Base de Bótoa en la que se ubican parte de las Unidades de la Brigada Extremadura XI.
El gabinete de Psicología, por tanto, da servicio a las Unidades de la Brigada y a las que se encuadran dentro de la Base. Por ello, en mi servicio coordinamos nuestro trabajo con la Brigada y con la USBA.
El trabajo es muy variado, puede ir desde hacer reconocimientos de conductores, pre-misión o post-misión, impartir alguna conferencia o curso de formación, consultas clínicas o de asesoramiento, etc.
Por otro lado, al estar destinada en una Unidad de Apoyo a la Fuerza, nuestra labor no es de adistramiento, pero también hacemos labores propias de nuestra profesión militar como ejercicios de tiro, marchas de endurecimiento y por supuesto educación física, pues todos los años tenemos que pasar el Test General de La Condición Física.
Hablemos, por otra parte, de misiones o actuaciones más importantes desarrolladas hasta el momento a lo largo de estos años.
Pues en principio tengo por norma considerar importante todo lo que hago, la salud mental es muy importante para cualquier persona, y si se trata de un militar es primordial; pero podría destacar mi misión en Bosnia i Herzegovina, en la que durante cuatro meses pude compartir vivencias y experiencias con mis compañeros de la Brigada Guadarrama, así como con personas de otros países y sobre todo con las víctimas de una guerra que había terminado no hacía mucho.
También tengo un recuerdo especial del apoyo que prestamos desde mi gabinete a las familias de los fallecidos en acto de servicio, tanto en la Base Aérea, como en la Brigada XI.
En general, la mayor recompensa es saber que mi trabajo sirve para ayudar a otros y el solo hecho de encontrarme por la Base con compañeros que me saludan afectuosamente o me dan las gracias por haberles ayudado a superar algún problema o por asesorarles adecuadamente, me anima a seguir perfeccionándome en mi trabajo diario. Como decimos los militares No hay mayor recompensa que la satisfacción del deber cumplido.
Por un momento hablemos, también, del acto de Fregenal de la Sierra, donde, además, se la reconoció de una forma especial junto a otros militares de la comarca.. ¿Qué significó para usted y para su familia?
A lo largo de mi vida militar he asistido a muchas Juras de Bandera que he vivido con la emoción y solemnidad que este acto se merece, pero el hecho de ver a mis paisanos de Fregenal prestando el Juramento a nuestra Bandera en nuestro Paseo de la Constitución, por el que tantas veces he pasado, paseado e incluso bailado, fue especialmente conmovedor para mí.
También el homenaje del Ayuntamiento a los que habíamos estado destacados en misiones internacionales fue muy emotivo tanto para mí como para mi familia, sobre todo para mi madre, que pudo ver juntos a su nieto y a su hija, recogiendo el diploma de reconocimiento en un mismo acto.
¿Qué representan estos actos de Jura de Bandera civil para la gente que está integrados en el ejército de una forma profesional?
En principio el objetivo de estos actos es que los españoles que no están vinculados a las Fuerzas Armadas, puedan manifestar su compromiso con la defensa de España, prestando el juramento o promesa ante la Bandera. La celebración de estos actos tiene como resultado el acercamiento de los ciudadanos al Ejército.
Como explicó la alcaldesa Dª Tina Rodríguez en su discurso, este acto es una manera de expresar que los frexnenses y vecinos de la comarca tienen el compromiso de amar y defender a España desde todos los ámbitos de sus vidas (familia, trabajo, relaciones sociales, etc.) de asumir y transmitir los valores que debe tener un buen ciudadano y de respetar a nuestra Bandera como el símbolo que nos une a todos los españoles.
El hecho de que en un pueblo que no llega a los 5000 habitantes, casi 350 personas hayan querido manifestar su compromiso con nuestro País es muy significativo y además muy estimulante para cualquier miembro del Ejército, y en especial para mí que nací y me crie en Fregenal.
¿Cuáles son sus objetivos y perspectivas profesionales de cara al futuro?
Pues, de momento, mis perspectivas son seguir formándome en todo lo relacionado con la Psicología Militar, perfeccionar mi nivel de inglés para volver a integrarme como contingente de alguna misión en el extranjero y, por supuesto, aprovechar mis años de experiencia y mi madura edad para hacer mi trabajo cada vez mejor.
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