José Eugenio Carretero Galán
Fregenal de la Sierra
Martes, 17 de septiembre 2024, 08:00
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En el Museo de Arte Contemporáneo de Fregenal y hasta el 29 de septiembre expone Antonio Carretero una muestra de su obra más representativa. El MACF acoge exposiciones tanto permanentes como temporales y en esta ocasión Antonio Carretero explora con «Estudiando a Eugenio Hermoso» diversas técnicas y estilos, prueba de la versatilidad de su oficio de pintor.
A diferencia de enfoques más abstractos o estilizados, con el realismo de sus cuadros trata de capturar la naturaleza, el cuerpo humano o las escenas cotidianas con precisión y fidelidad sin excluir la subjetividad, el sentimiento y la sensibilidad más acusada.
Con él estamos en su casa que es taller, galería de arte, espacio para el recreo y el gozo de los sentidos. Con él nos detenemos y hablamos de sus pasiones más encendidas. El campo y la pintura. La pintura y el campo.
—Mi conexión con la naturaleza viene desde niño— nos dice. Crecí rodeado de campo, de esa tranquilidad que sólo te ofrece el sonido del viento entre los árboles, los colores cambiantes de la tierra, el cielo.
Claro, se nota que en tus cuadros hay algo más que una simple representación visual. Hay una emoción palpable. ¿Cómo logras transmitir eso a través de la pintura?
—Es cierto, no me interesa simplemente copiar lo que veo. Para mí, el proceso de pintar es casi meditativo. En el contexto del realismo figurativo se podría enfocar la representación de los personajes de mis cuadros con una técnica próxima a la fotografía. Pero, no. Nada. Nada más alejado de la realidad.
¿Qué le dirías a un jóven pintor que quiera inspirarse en Eugenio Hermoso?
—Sencillo. Que estudie la manera que tiene de mirar la vida, su pueblo, y cómo la transmite mediante el dibujo, el color y la forma. No cabe la menor duda que Hermoso es un artista que puede permanecer fiel a su origen y, al mismo tiempo, trascenderlo. La autenticidad es clave, y él la cultivó en cada pincelada porque sus pinceladas, a menudo sueltas y vibrantes, dotan a sus cuadros de una gran energía, pero a la vez mantienen una armonía que refuerza la atmósfera rural. Impresiona ver su facilidad para combinar detalles precisos con sus grandes composiciones de figuras femeninas, una de las constantes de su obra.
Antonio se apasiona con la pintura. Con él seguimos, calle Alemania abajo hasta el Convento de San Francisco que, renovado con modernas instalaciones y recursos interactivos, y adaptado para promover la cultura local y, sobre todo, el arte contemporáneo, acoge la exposición.
—Son los cuadros de Eugenio Hermoso—. Me dice. —Pero, bajo mi óptica personal. Aquí están. «Pobladores», «La Juma», «Rosa», «Estalagmita», «La novia del Guadiana». Y tantos otros que a diario me acompañan en mi estudio. Y cambia de rumbo.
—Por supuesto que Extremadura ha sido cuna, desde siempre, de artistas y movimientos artísticos. Desde el renacimiento, el barroco, con el arte religioso, las iglesias, los conventos, Morales, Zurbarán...
Pero, Fregenal hoy está de fiesta, la alegría desborda la calle con los bares y terrazas a rebosar, con suerte encontramos un rincón en la barra, bien; alguien, encima, nos sopla una buena noticia sobre la Casa. De Eugenio Hermoso. Es la Virgen de la Salud.
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