Despedida del Montero con mejores sensaciones que resultado

Min 38' 0-2 Abraham

Min 92' 1-2 Fernando

Sobre el campo se vieron dos guiones muy distintos: un equipo con mucha intensidad proponiendo un buen fútbol con el que se identifica la tribuna del Montero y otro al que le vino Dios a ver con el gol en propia meta de Carrascal en el minuto 4 y más tarde, el infortunio de que Rebollo perdiera el balón tras una salida de Jaime y que esta jugada que venía de un balón que colocaba Carrascal de cabeza en el punto de penalti para que nadie rematase, acabase siendo el único tiro a puerta de la Ribereña en todo el partido.

Comenzaba el partido con un Athletic, que a diferencia de otros partidos, no le quemaba el balón y además, generando peligro por mediación de Rubén y Fernando en ataque y con buen criterio en salida de balón por parte de la línea defensiva más Rebollo y Agus. Les costó un poco más entrar en el partido a Dani y Josito, quizás por lo que supuso psicológicamente el tempranero gol en propia. Pese a eso, el equipo no baja los brazos y aún con el 0-1, Agus se convierte en el director del coro de tribuna del Montero; que entonaba el ¡Uy! tras un disparo de exterior que obligaba al meta visitante a intervenir de forma providencial.

Llegaría el 0-2 con el termómetro por las nubes en banquillos, primero en el visitante donde hubo una riña con la asistente; aunque todavía «iba la procesión por el paseo» y en el segundo tiempo veríamos más.

Hacían los visitantes el segundo y poco después; Joaquín, durante un lance del juego, se precipita por encima de la valla que delimita el campo, con la mala suerte de que caía sobre el hombro en el que acarrea lesiones anteriores. Afortunadamente, y tras ser valorado por el fisio y el «médico de cabecera del club» Rubén, el padre de Fernando, que siempre está dispuesto a echar un cable; todo quedó en un susto y los equipos se marchaban a vestuarios para preparar un segundo tiempo muy intenso.

Volvía a rodar el balón tras la reanudación y de nuevo, el Athletic mostraba una imagen distinta a lo que reflejaba el marcador; aunque ciertas imprecisiones les privaban de llegar con claridad.

Tirando de casta y coraje, iban comiendo territorio al rival y la Ribereña, como es normal, trataba de rascar minutos al crono y frenar las embestidas rojiblancas como fuera. Esto comenzó a calentar el partido, ya que las faltas no eran castigadas con amonestación. Precisamente, la primera tarjeta por una falta la vió Agus; la siguiente, también para el Athletic y no por una falta, sino porque Josito estaba comentando una acción con sus compañeros tras ser sustituido y sosegadamente.

Ya cumplido el 70 de juego y con los de Carmelo Durán volcados en ataque, se sucederían varias jugadas en las que tras entradas un tanto bruscas sobre jugadores locales, había trifulca. Una de esas entradas recibidas pudo costar la segunda amarilla al bueno de Agus. Pues, pese a tener que ser atendido; el árbitro, reglamento en mano, le indicó que al amonestar al rival podía continuar jugando y este decidió esperar a recuperarse un poco, pidiendo permiso al colegiado para volver a ingresar en el terreno de juego y siendo concedido. Pero al entrar al terreno de juego, de nuevo la asistente que quizás cobró más protagonismo de la cuenta en el partido, pedía insistentemente la amonestación al dorsal número ocho pese a que el delegado le indicó que le había indicado en dos ocasiones que accediese al terreno de juego. Afortunadamente, el árbitro principal acertó no castigando al jugador tras comprobar que se trataba del jugador al que él había permitido el acceso al terreno de juego segundos antes.

Conste que no es una crítica al arbitraje del encuentro, ya que ni mucho menos influyó de forma directa con sus decisiones en el resultado. En el primer gol se pedía posición antirreglamentaria pero, al menos desde mi posición, se veía bastante justito; por lo que pienso que acertó.

Continuamos con el partido y llegamos al tramo final, ahí llegaron ocasiones más claras y quizás un poco tarde, el gol de Fernando; que se lo merecía como nadie.

Tras indicar el final del encuentro, equipo y afición se ovacionaban mutuamente; llegando todo el mundo a la conclusión de que jugando como se jugó ese partido, se hubieran escapado menos puntos.

Este domingo, por la mañana, se desplazarán a Aceuchal en busca de una última victoria que les garantice una séptima plaza que deja entrever el crecimiento del Athletic Fregenal en el apartado deportivo.

Cierro esta noticia dando las gracias a todas las personas que han vuelto a hacer posible este sueño y con la ilusión de que jugadores y aficionados se mostraban ilusionados con una nueva campaña en el horizonte.