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Antonio Ríos junto con la alcaldesa de Fregenal, Tina Rodríguez. TVF

En defensa de Antonio Ríos, Interventor del Ayuntamiento de Fregenal de la Sierra y en contra de la lapidación pública

CARTA ABIERTA ·

«Yo, como parte del pueblo genéricamente no soy juez, no tengo medios de conocer la verdad. Por otra parte nunca podría ser imparcial ni parecerlo: el interventor es mi sobrino»

JULIO TRINIDAD AGUADO

Lunes, 6 de julio 2020, 13:14

Con ocasión del último pleno del Ayuntamiento de Fregenal, el celebrado el día 29 de junio, en el que la mayor parte fue dedicado a una lectura por parte de la Alcaldía de un informe pormenorizado sobre supuestos ataques del Interventor, no queda claro si contra el Ayuntamiento o contra la Alcaldía, y qué clases de ataques.

Sí parece quedar claro, en opinión del redactor de la noticia, que la supuesta pretensión de la Alcaldía era dirigirse al pueblo, poner en evidencia unos hechos, «para que los frexnenses sean conscientes de esta situación, que llevamos viviendo un año en este Ayuntamiento».

Es decir, me dan a conocer unos hechos que la Alcaldía define: «el Ayuntamiento de Fregenal de la Sierra vive una situación insostenible en relación con las funciones necesarias e imprescindibles de intervención», «la situación es caótica actualmente», «a partir de agosto de 2019 todos fueron palos en las ruedas a la acción de este Equipo de Gobierno», «tiene paradas las subvenciones por nacimiento de hijo desde 2019», «los informes preceptivos los eleva el último día de plazo, teniendo paralizados todos los expedientes», «la paralización de todos los pagos, todas las subvenciones del año pasado», La primera edil considera que el interventor «no solo es desleal con la institución, sino también con sus compañeros», «como actualmente ha perdido los privilegios que antes tenía, como ausentarse los días que iba al preparador de sus oposiciones, horarios especiales de entrada y salida, productividades, es decir, como su casa de estos 21 años, está haciendo que el funcionamiento del Ayuntamiento sea cada vez más difícil».

Luego nos informa pormenorizadamente de los emolumentos que el Interventor recibe o recibía. Y que además lleva dos meses de baja, sin saber la causa.

Y claro, para ahondar en la diferencia entre trabajadores del Ayuntamiento nombra a los «buenos», a los que colaboran.

Hasta aquí la noticia, la información

En una clara acción-reacción uno se inclina a «condenar» al desleal Interventor.

¿No es así como queda retratado?

Y ahora viene la conclusión a la pregunta: ¿Y por qué actuá así?

¡Por venganza!

El interventor pretendía se sacara una plaza que supuestamente le iba a beneficiar y el Ayuntamiento, creo que en buena lógica si eso suponía más gastos, dice «por mucha presión que tengamos no vamos a ceder; la decisión está tomada y la plaza no se va a sacar, máxime cuando se ha eliminado de la Relación de Puestos de Trabajo.

Y añade «no vamos a ceder a chantajes, ni a maniobras de nadie

Es decir el Interventor chantajea, es un chantajista.

Duras acusaciones

Y, a estas alturas, recordando la famosa escena de Jesús ante Pilatos. Uno tiene que gritar: ¡Crucifícalo! - salvando las distancias.

Termino viendo el video de mencionado pleno. Y no me lo puedo creer.

¿Cómo es posible que se utilice estos medios para desprestigiar el honor de un persona sometiéndole al juicio del pueblo?

¿En dónde está escrito que a un funcionario se le someta a escrutinio público para juzgar su labor?

¿Con qué objetivo se dan a conocer datos personales por parte de quien tiene la obligación de reservarlos?

Hay en todo este proceso algo que no entiendo.

No intento ni pretendo entrar en el problema de fondo. No tengo medios

Pero sí digo que se ha saltado el procedimiento, que la ley está para cumplirse, para que la cumplamos. Unos y otros.

Y me pregunto:

¿Se le ha llamado la atención a este funcionario por lo que se le acusa?

¿Se le ha apercibido?

¿Se le ha abierto expediente?

El contenido del artículo me estremece por cuanto considero que se está sometiendo a un funcionario a un juicio popular, con unas acusaciones gravísimas, con difamaciones, injurias y con una serie de revelaciones de datos personales por parte de quien los conoce por su cargo.

¡No es el procedimiento!

Procede devolverle su buena fama y honor por los mismos medios empleados para lo contrario. Pero ¿cómo se le repara el honor perdido? ¿Cómo se le repara el daño moral infringido? ¿Por qué está de baja el interventor? ¿Por capricho? Creo que se le ha hecho un daño, tanto a él como a su familia que no se ha calibrado. Y ahora ¿cómo limpiamos lo mancillado? ¿Se puede borrar todo lo dicho en medios públicos?

Dice nuestra constitución: todos tienen derecho al Juez ordinario predeterminado por la ley.

Yo, como parte del pueblo genéricamente no soy juez, no tengo medios de conocer la verdad. Por otra parte nunca podría ser imparcial ni parecerlo: el interventor es mi sobrino.

Y, finalizando, según las quejas de la Alcaldía, la oposición no comparte en todo o en parte estas acusaciones, aunque en verdad fue menos que tibia la defensa genérica de los empleados del ayuntamiento

En Fregenal de la Sierra, a 5 de Julio de 2020

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