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Badajoz. Estudiantes repasando en la cola del baño. J. V. Arnerlas

La covid protagoniza la selectividad más concurrida

El fin del curso 'online'. Arranca la EBAU para 6.274 jóvenes extremeños con más nervios de los habituales, después de tres meses en casa preparándose para entrar en la Universidad

Martes, 30 de junio 2020

Un fragmento de un reportaje sobre el aumento de los delitos de suplantación de la identidad aprovechándose del miedo provocado por la pandemia, firmado por el periodista Isaac Asenjo y publicado en HOY, fue el texto elegido para poner a prueba los conocimientos de Lengua de los estudiantes extremeños. Era el primer examen de la EBAU del coronavirus, que arrancó este martes en la región con una cifra de récord: 6.274 alumnos y un despliegue de medios inédito: diecinueve sedes, el triple de aulas y 400 profesores y vigilantes. El primer gran reto presencial de la Educación extremeña de este extraño curso.

Antes de empezar, el paisaje en las puertas de la sede de Badajoz era muy distinto al habitual: ni corros de chavales ni padres cruzando los dedos. La mayoría dentro del aula sentados a dos metros de distancia de su compañero. Unos mirando al cielo, seguramente repasando en voz baja la obra de Lorca, otros con el tembleque en la pierna sin poder disimular los nervios y todos sin más amuletos en la mesa que un bolígrafo, una botella de agua, las pegatinas de los códigos de barras, el DNI y su mascarilla, que para hacer el examen no era obligatoria.

La llegada escalonada de los alumnos era el primer punto del protocolo diseñado por la Universidad de Extremadura para la EBAU de este año y funcionó. Desde las ocho y media de la mañana fueron llegando por tandas espaciadas cada diez minutos los grupos de alumnos, acompañados únicamente por un profesor de su instituto. Una medida que la vicerrectora de Estudiantes de la UEx y presidenta de la comisión organizadora de la EBAU, Rocío Yuste, está pensando en mantener para futuras convocatorias.

Repasando en la cola del baño

Dentro se intentó mantener a los alumnos en las aulas –22 en total, de las seis que normalmente se habilitan en Badajoz para hacer la EBAU–, hasta el inicio de las pruebas impidiendo que salieran al pasillo, pero muchos se buscaron las mañas para darle la última vuelta al temario aprovechando las colas del baño. Ya asumía ayer el rector de la UEx, Antonio Hidalgo, que los corrillos iban a ser inevitables.

«Estoy súpernerviosa. Me he bajado al baño para darle el último repaso. Vengo con el pensamiento de que voy a hacer un examen como el del colegio, la diferencia es que aquí me estoy jugando mi futuro», decía ayer María Ruiz, con la vista puesta en entrar el próximo curso en Psicología.

«Cuando estén todos los exámenes se les dará ozono y luego se repartirán para corregirlos »

Rocío Yuste | Presidenta de la comisión de la EBAU

«Hay 1.300 alumnos más de los que preveíamos que en condiciones normales habrían ido a septiembre»

José A. Pariente | Presidente del tribunal calificador

Como ella, María Tirado hacía la misma cola en el baño, pero sin levantar la vista de los apuntes. «He estudiado mucho y hemos tenido más tiempo, pero no la misma motivación de acabar el curso con tus compañeros y de haber celebrado la graduación». La pandemia les ha quitado la fiesta del fin de curso, que para la promoción de la selectividad acabará mañana cuando hagan el último examen. «Tengo muchas ganas de terminar para que empiece el verano ya», añadía la joven.

Pese a la flexibilidad de los exámenes de este año, en el que los alumnos tenían la opción de hacerse las pruebas a la carta eligiendo las preguntas que mejor dominasen, no todos salieron contentos. Víctor Jiménez apostó por la Generación del 27 y las Vanguardias para la parte de Literatura y no acertó. «La he dejado en blanco porque tenía un cacao. Voy a ver si ahora subo nota en Inglés».

La covid no estuvo ayer entre las preocupaciones de los estudiantes de la EBAU, pero sí la han sentido días atrás como una amenaza de que pudiera dejarles sin hacer los exámenes. «En el coronavirus no he pensado, me preocupaba antes, pero ahora solo pienso en hacer bien los exámenes», confesaba Carlota Gil. No ha habido ningún alumno al que el virus haya dejado en casa, confirmó Yuste, quien reconoció que «han sido días previos de sustos que han terminado con PCR negativas», en alusión a los estudiantes que en los últimos días avisaron de que se encontraban mal.

Cáceres. Alumnos en el aula justo antes del primer examen. J. Rey

«Llevamos cuatro meses trabajando muy duro porque nuestro objetivo es que los estudiantes no se preocupen del coronavirus y que todas las medidas de protección estén al alcance de su mano y el deseo es que todo salga bien», añade quien está al frente de todo el operativo de una EBAU, que ha tenido que moverse en el calendario, que ha obligado a rediseñar los exámenes y que ha roto todas las previsiones de participación.

«Hay 1.300 alumnos más de lo que nosotros preveíamos para este año, un aumento que respecto al año pasado es aún mayor, del 23%. Son alumnos que en condiciones normales habrían ido a la convocatoria de septiembre», valora José Antonio Pariente, presidente del tribunal calificador de la EBAU, en alusión a que este año se ha permitido presentarse a los exámenes a estudiantes con una o dos asignaturas suspensas.

Al protocolo de custodia y manipulación de los exámenes implantado el año pasado para evitar que se repitiesen las filtraciones de 2018, se suma el protocolo covid: «El jueves por la noche cuando estén todos los exámenes se les dará ozono –ya han comprobado que no se borra la tinta–. Estarán 3 horas con el tratamiento y luego se repartirán para corregirlos», desvela Yuste. Las notas se publicarán el día 10.

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