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Clientas de la frutería en la Plaza de Abastos. ALBERTO MÁRQUEZ
Crónica del desconfinamiento

De compra por la Plaza

Los vendedores de artículos de primera necesidad no dejan de trabajar a pesar del confinamiento

ALBERTO MÁRQUEZ CARRASCAL

FREGENAL DE LA SIERRA

Viernes, 8 de mayo 2020, 08:00

Uno de los sectores que menos ha notado el confinamiento ha sido el de comerciantes de productos de primera necesidad. Aun así, el ambiente en supermercados ha cambiado bastante en los últimos meses debido a la crisis del coronavirus. Las medidas de protección sanitaria han hecho que los trabajadores tomen medidas de control especial para que los alimentos lleguen con todas las garantías a los consumidores.

En la mañana del pasado martes nos acercábamos también por la Plaza de Abastos de Fregenal. Centro neurálgico de lo que en el último siglo ha sido la compra y venta de buena parte de los productos de primera necesidad y de cercanía. Aunque en este mercado también entren los pequeños comercios de alimentación de cada barrio, que han continuado abiertos junto a los grandes supermercados del pueblo.

En la plaza encontramos algunos puestos vacíos, pero en su mayoría están llenos de productos y de clientes. Aunque sería más correcto decir clientas. «Estos días se ha echado en falta a muchas mujeres mayores», nos cuentan Reme y Mari desde el mostrador de su pescadería, «en vez de ellas venían sus hijas a por el pescado»: Y es que muchas familias se han intentado adaptar a las medidas de control y protección personal.

Reme y Mari despachan en la Plaza de Abastos. ALBERTO MÁRQUEZ

En general los puestos cuentan con un número habitual a estas horas en la Plaza, pero nos comentan que hace algunas horas había más gente. «Hoy sí han empezado a venir algunas mujeres más mayores», continúan las pescaderas mientras preparan la dorada para una de estas clientas. En ambos lados del mostrador todas lucen mascarillas, como manda la recomendación del Gobierno en los casos como este, donde las distancias de seguridad son difíciles de guardar, al juntarse el puesto de la pescadería con el de las frutas.

Un poco más allá si se intentan guardar mucho más las distancias. Los clientes se alinean intentando guardar uno o dos metros mientras esperan su turno para la fruta. Mucho de estos vendedores son productores también, que traen los apreciados alimentos de localidades vecinas a Fregenal. En su mayoría son todos personas jóvenes y adultas, ninguna entre los que se encuentran entre el personal de riesgo especial. «Aunque hoy no ha venido la Penita», en referencia al puesto de verduras de Eusebia, la vendedora más veterana del lugar, con más de 80 años; que se queda en casa a la espera de que la situación mejore y se reduzca el riesgo.

Aspecto de la zona principal de la Plaza de Abastos, donde algunos puestos no se han colocado. ALBERTO MÁRQUEZ

Una Plaza de Abastos que nos sirve para medir el pulso de la población, de las personas que pasan por ella. Mayormente mujeres, que podo a poco vuelven a recuperar los espacios que se habían vaciado con la declaración del estado de alarma, y que cada quincena aumentarán si las circunstancias lo permiten.

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