Caminando al Santuario

Lunes, 11 de mayo; las seis y media de la tarde. Nos disponemos a cubrir los seis kilómetros que separan Fregenal del Santuario de Ntra. Sra. Santa María de los Remedios. Esta vez a la entrada del camino, cerca de la primera cruz, si que aparecen los horarios de apertura del templo: «Mañana, de 9 a 14 horas y Tarde, de 17 a 21 horas». El camino ya viene mostrando algunos paseantes desde el paso a la Fase 0. Pero el inicio de la Fase I permite llegar hasta el final del mismo y encontrarse con la Madre de los Remedios.

Al llegar nos encontramos a un pequeño grupo de jóvenes que vienen realizando el camino. Se distribuyen a lo largo del mismo para respetar las distancias de seguridad exigidas por la orden del Ministerio de Sanidad. Poco antes, también encontrábamos a otro grupo que guardaba esta misma distancia en fila india.

Pasar por la puerta de entrada es tarea difícil. Aunque al ser el primer día aun no hay filas, sí que es obligatoria la desinfección a la entrada, para lo que se ha habilitado una alfombra para el calzado y una mesa con gel alcohólico desinfectante para las manos y mascarillas. También se han situado una serie de señales que marcan el itinerario; así como marcas en el suelo para respetar la distancia de dos metros que debe guardarse en todo momento dentro del edificio.

Especialmente se limita el acceso al interior del Santuario, que queda restringido exclusivamente a la subida y bajada del camarín. El umbral que cruzamos para entrar es distinto de la salida, que se sitúa en la puerta lateral de la iglesia. El cartel que sitúa la Asociación de Santa María de los Remedios a la entrada pide especialmente dar prioridad a las personas mayores, aunque hoy solo encontramos jóvenes por aquí. Aun se conservan los bancos del camarín, que se reservan a personas que lo necesiten por edad o por alguna dolencia. El tiempo en el camarín se limita a la llegada de personas. No está contabilizado, sino que se ajusta en función del tiempo que tarda el peregrino en pronunciar internamente una oración de reencuentro con la Madre y continuar el camino de vuelta a casa.

No se permite tocar nada a nuestro paso. La medalla habitual que colgaba tras el manto está retirada para que no se toque ni barandilla, ni el manto. Las restricciones se llevan al extremo con la intención de impedir el contacto entre personas y prevenir ante posibles contagios del coronavirus. La vida se ha transformado ante grupos de personas con mascarillas rezando y que dejan sus donaciones en la urna habilitada a tal efecto a los pies de la patrona de los frexnenses.

Un reencuentro muy esperado para muchos, tras unas Fiestas Patronales fuera de lo común. Este año además se esperaba el reencuentro de Santa María de los Remedios con su pueblo, en una venida extraordinaria suspendida por causa de la crisis sanitaria. Y aunque el pasado abril hayan tenido que seguir las fiestas por Televisión Fregenal, la devoción sigue latiendo y la Madre de Fregenal vuelve a estar acompañada sin descanso.