Alberto Márquez, Salvador Vallejo, Rocío Romero y Rubén Bonilla
FREGENAL DE LA SIERRA
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Sábado, 24 de agosto 2024, 18:10
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Un hombre se ha atrincherado esta tarde en una vivienda de Fregenal de la Sierra portando un cuchillo de gran tamaño y tras amenazar a los agentes de la Guardia Civil y la Policía Local. El suceso ha comenzado sobre las cuatro de la tarde y se ha prolongado durante cuatro horas. Minutos después de las ocho, negociadores de los cuerpos de seguridad y los padres han conseguido que salga de la vivienda por su propio pie y entre en el coche de la Guardia Civil. Estos se lo han llevado del municipio.
El individuo se atrincheró en el domicilio familiar, en la confluencia de las calles Alájar (popularmente conocida como El Pozo) y Espíritu Santo. Es una calle céntrica, cerca de la iglesia de Santa Ana.
Los agentes trasladados hasta el lugar han intentado dialogar con el individuo, aunque han sido sus padres y negociadores de la Policía Judicial quienes le han convencido y han conseguido que deponga su actitud. Durante el encierro otros familiares han conseguido hablar con él a través de una ventana de la planta baja.
-«Yo te puedo ayudar y te puedo enseñar, César. Pero de esta forma, no. Estuvimos ayer ahí hablando contigo dos horas. Tienes un tesoro que es tu familia, que te ayuda y te apoya. Que solo te dan amor y respeto», le ha dicho un familiar de forma calmada desde fuera esta tarde.
Al hombre se le oye sollozar tras una persiana mientras su familiar le insiste en que escuche a su padre.
Según explican vecinos desde la misma calle donde se ha producido el siniestro, el individuo ha salido de la casa acompañado de sus padres. En los exteriores, ha dado un abrazo a una mujer que identifican como la madre, y ha entrado en el vehículo de la Guardia Civil.
En un primer momento trascendió que había amenazado a sus padres, pero no ha sido así. Según varios vídeos grabados por los vecinos y testimonios de testigos recabados por HOY, el hombre amenazó a su cuñado, que no está presente, mientras anda por la calle del Pozo. A gritos se refiere a su novia: «Es una traidora», dijo. «Quiero hablar con mi novia y saber dónde coño está ella». «Llamad a mi cuñado porque lo voy a matar».
«No tengo miedo a la muerte», se le escuchaba decir mientras andaba en dirección a los agentes de la Guardia Civil que habían acudido hasta el lugar del suceso y que le pedían que cesara en su actitud. «No hay nada que hablar», gritaba a los agentes de la Guardia Civil que caminaban hacia atrás mientras el hombre avanzaba. Él portaba el cuchillo, pero los guardias civiles tenían armas en las manos apuntando hacia el suelo. «Estate quieto ya, tranquilízate», le decían los agentes.
Él respondió: «Iros de mi puta calle, cabrones de mierda». A gritos, les dice que no se lo van a llevar. Los guardias civiles le piden de forma insistente que se tranquilice.
El joven que llevaba el arma y que tenía atemorizada a Fregenal de la Sierra, un municipio situado en la comarca de la Sierra Suroeste a hora y media en coche bien desde Sevilla o Badajoz, no es vecino de la localidad.
Ha acudido de vacaciones con su familia, dado que sus padres se trasladaron a Madrid hace décadas. «El hombre se ha metido en casa de sus abuelos, que fallecieron hace años, mientras parte de la familia ha podido resguardarse en casa de otros vecinos», señalaban algunos testigos a HOY. Su hermana se resguardó con hijos pequeños en otra vivienda esta tarde.
Es el primer episodio de estas características que el joven protagoniza en el municipio. «Su familia es estupenda, no sé qué ha podido pasar con él. pero esto me da muchísima pena por su madre, que es muy buena persona», ha contado a HOY uno de los vecinos que han seguido el suceso alarmados por la agresividad del hombre.
Una vecina ha relatado que estaba durmiendo la siesta cuando oyó a alguien gritar «la mato, la mato». Por ese motivo salió a la calle, y al ver al hombre empuñando el cuchillo, se metió de nuevo y cerró la puerta.
Explicó que otros frexnenses han seguido el suceso a pie de calle. De hecho, agentes de la Guardia Civil se les acercaron para pedir a las personas que se encontraban en la calle del Pozo que se marchasen. «Les han dicho que no saben qué puede ocurrir y que si finalmente se producen disparos y una bala rebota, son ellos los responsables. Pero ahí siguen», ha indicado la misma mujer.
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