Puerta grande para los tres actuantes en Fregenal

El que cerraba plaza volvió a rayar a un buen nivel. En cualquier caso fue una novillada interesante

Se presentaba de nuevo en Fregenal Emilio Martín, burdeos y oro, con la ilusión y el sueño de despedirse como novillero y tomar la alternativa, próximamente. Lanceó bien con el capote en su primero y dibujó una hermosa faena con mucho gusto, desde una poderosa muleta agradando al respetable. Pinchazo y estocada le valieron para que se consumase una fuerte petición de dos orejas que el presidente le otorgó. En el cuarto, se encontró con el garbanzo negro del lote y aunque volvió a intentar elaborar una faena a base de tesón y pelea era complicado sacar agua de un pozo seco. El novillo estaba reservón, muy parado y no tenía clase. Tras dos pinchazos y estocada baja saludó desde el tercio.

Juan Pedro García Calerito, azul marino y oro, triunfador del ciclo de novilladas de Canal Sur y Extremadura TV, ejecutó un buen toreo con el capote al segundo de la tarde, seguido de una faena de muleta mandona y llena de buen toreo. Sin embargo, se atascó con la espada y recibió la ovación del respetable. En el quinto, ante un ejemplar noble y con clase, aunque justito, una faena templada muy en novillero le catapultaba después de pinchazo y estocada a dos orejas que le abrían la puerta grande.

Para cerrar el cartel se presentaba con caballos en el coso templario frexnense el joven novillero, García Corbacho, que lució un bonito terno nazareno y oro con remates en azabache. Al tercero le sacó un buen toreo de capote y faena peleona con buenos momentos a través de su muleta. Muy en novillero, pegándose algún arrimón con uno de los ejemplares más paraditos de la tarde, tampoco acertó con la espada que se le fue baja tras citar recibiendo y todo se saldó con vuelta al ruedo. En el que cerraba plaza volvió a intentarlo ante un novillo con clase y bondad aunque tendía a rajarse. El debutante se entregaba y conseguía encajar muy buenas tandas sobre la mano izquierda. Pinchazo algo caído y estocada un tanto defectuosa, sin embargo, le servían para rubricar con dos orejas y abrir la tercera puerta grande.