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Despedida del grupo titular de Danzaores en el interior del templo
Fregenal volvió a vibrar al ritmo de gaita y tamboril

Fregenal volvió a vibrar al ritmo de gaita y tamboril

La Virgen de la Salud recorrió las calles de Fregenal este año acompañada por un nuevo grupo infantil.

JUAN IGNACIO MÁRQUEZ

Sábado, 8 de septiembre 2018, 18:54

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Con la puntualidad habitual de un cortejo procesional que esperan cada año cientos de devotos a las puertas del templo y despiden horas, después, un mayor número de frexnenses si caben, a las siete de la tarde de este sábado partía la procesión de la Santísima Virgen de la Salud, que fue recibida con una enorme petalada de flores, como caída del cielo.

A las puertas de Santa Catalina esperaba el grupo titular de Danzaores que ejecutó, nuevamente, la danza ante ella y pocos metros más adelante una nueva lluvia de pétalos de flores sobre el paso.

Ya en el Paseo del Pilarito daban el relevo los más pequeñitos, el grupo infantil que se estrenaba este año, simpático y bullicioso por el ambiente que papás, mamás y familiares creaban a su alrededor, pero, sobre todo, llenos de alegría al presentarse, por vez primera, ante ella en las calles de Fregenal de la Sierra.

Una marea humana acompañaba el recorrido procesional en uno de los días más grandes desde el punto de vista festivo para la población.

En la esquina de la calle Cárcel nuevo relevo, ahora del grupo juvenil, hasta el Paseo de la Constitución.

Devoción, fe y sentimiento profundos de un pueblo que mira de una forma especial en este día hacia el precioso rostro de la Madre de la Salud, aclamada como Soberana y Señora por sus milagros y curaciones.

Con la misma fe y devoción que los integrantes de las distintas secciones de Danzaores de la Virgen miran hacia ella, acompañando sus pasos de danza y el popular sonido de gaita y tamboril, ofreciendo un baile que se convierte en oración hacia la Madre de Dios, que este año portaba en sus brazos a su hijo vestido con el uniforme del guión de la danza.

Tras el recorrido procesional, de nuevo el bullicio, la algarabía y hasta el tumulto por encontrar un hueco para ver los últimos compases de las andas procesionales de la Virgen movidas con maestría por el veterano grupo de costaleros que porta la imagen.

Luego, solemne función religiosa en la misma parroquia de Santa Catalina, que culminaba con la despedida de la danza y un ¡Viva la Virgen de la Salud! cargado de esperanza.

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