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Marisa y Pedro durante su actuación.
Pedro y Marisa destapan su amor por los sonidos acústicos

Pedro y Marisa destapan su amor por los sonidos acústicos

El concierto con tintes benéficos se convirtió en una bocanada de aire fresco dentro de las múltiples ramificaciones que la música tiene en Fregenal

Juan Ignacio Márquez

Sábado, 22 de agosto 2015, 10:26

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Pedro Sánchez y Marisa Reyes, 36 y 17 años, dos generaciones perfectamente diferenciadas que han sabido conectar a través de la música, su música, ese pellizco de arte que llevan dentro y que ponían a la luz de todos sus paisanos este viernes en la Plaza de Abastos por una causa solidaria, a beneficio de Ayuda en Acción y de la Asociación Elín de Ceuta.

Era la tercera vez que unían sus voces en público, lo hicieron primero bajo el embrujo del Ábaco y se sumaban, también, a otra causa benéfica contra el cáncer en Bodonal.

Todo empezó de forma casual: "Yo me enteré, a través de su hermana, que Marisa tocaba la guitarra, confiesa Pedro, y un día nos juntamos para tocar unas canciones. Vimos que con el tiempo comenzamos a tener un repertorio más o menos extenso y pensamos que quizá podría ser interesante mostrarlo a más personas.

Nuestra música pasa por un repertorio un poco variado de cantautor, señala, tipo Antonio Vega o Andrés Suárez, Fito y Fitipaldis, Antilopez... todo ello llevado a nuestro terreno a través de un formato acústico que nos permite crear un espacio personal y homogéneo. La mayoría de las canciones son conocidas, algunas otras no, pero, en todo caso, se trata de un repertorio para un público muy diverso".

Al escucharlos se descubre cómo a través de la música han conseguido romper cierta barrera hacia la fusión de voces en un clima de sosiego y paz interior.

"Con él he aprendido mucho, afirma Marisa, yo tocaba con mi guitarra clásica partituras y demás y a partir de empezar a tocar con Pedro me metí más en el mundo de la interpretación musical. Tenemos gustos muy afines musicalmente, él me ha enseñado mucha música, he podido descubrir autores que no conocía y me encantan. En realidad es cultura musical lo que nos hemos aportado el uno al otro".

Pedro añade: "La formación musical de Marisa ha ayudado al dúo a que podamos montar algún tipo de canción, porque ella tiene detalles más técnicos que yo y eso nos ha ayudado bastante".

En una breve conversación con ambos se descubre y así lo ratifican los dos, que "tenemos dúo para rato, claro que si, responde Marisa, porque ante todo somos amigos y aunque yo estaré estudiando fuera, la idea es seguir, pese a que nuestra pretensión no va más allá de divertirnos y pasarlo bien. Sólo alguien que, realmente, ame la música como nosotros dos entenderá que para ambos se trate de nuestra vía de escape. La música cura, la música sana, la música distrae y un poco de todo, es un sentimiento que compartimos los dos. Esto nos lleva a que el día que tenemos ensayo signifique para ambos una desconexión total, disfrutamos con ella y la verdad es que nos hace mucho bien. Es una manera de relajarse".

Una línea que, sin embargo, reconocen cruzaron una noche más al ponerse frente al público de Fregenal, lo que supone una carga especial para Marisa y Pedro: "me da mucho respecto el escenario, confesaba ella, yo soy más de echar el ratito, con las pipas, pero es verdad que la experiencia de esta noche llega con una carga de ilusión especial".

El concierto tuvo momentos interesantes y especialmente intensos que mostraban dos voces capaces de empatizar hasta el punto de conseguir romper la barrera mágica que permite al artista arrancar el aplauso de un público que se volcó con ellos llenando la pequeña placita del Mercado de Abastos, a la sombra de murallas y torreones, Un espectáculo visual y acústico de extraordinario nivel.

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